"Cristo vive y te quiere vivo, somos todos el ahora de Dios."
"Ser joven es una gracia, una fortuna. Es una alegría, un canto de esperanza y una bienaventuranza."
"Nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir." (1 Timoteo 4:12)
"Nuestra vida es una vocación, jóven sé tú el regalo de Dios."
"¡No tengan miedo de ser los santos del nuevo milenio!" - San Juan Pablo II
Cuando me integré a la Pastoral Juvenil, pensé que solo sería un espacio para reunirme con otros jóvenes. Pero descubrí algo mucho más grande: que mi vida tiene un sentido profundo y que Dios me llama a vivirla con alegría. En medio de mis estudios, mis dudas y mis miedos, encontré en Cristo un amigo fiel y en la comunidad una familia que me acompaña. Hoy entiendo que la fe no me limita, sino que me abre caminos nuevos y me ayuda a soñar en grande, siempre con la certeza de que no camino sola.
En la parroquia siempre veía a los adultos tomar decisiones, y pensé que nosotros los jóvenes solo estábamos “de relleno”. Pero en la Pastoral Juvenil descubrí que mi opinión, mis ideas y mi energía también son necesarias para la vida de la Iglesia. Aquí aprendí a organizar actividades, a proponer iniciativas y a escuchar a otros. Ahora sé que ser joven no es esperar el futuro, sino vivir el presente como protagonista de la fe y de la comunidad.
El Papa Francisco recuerda que los jóvenes son el “ahora de Dios” y no solamente el futuro. Este pensamiento inspira a nuestra Pastoral Juvenil: nos anima a vivir la fe con pasión en cada etapa de la vida, a ser testigos en la escuela, en la familia, en el trabajo y en los espacios donde convivimos. Reconocer que nuestra vida es misión nos invita a no desperdiciar el tiempo, sino a responder con valentía al llamado de Cristo que nos quiere vivos, alegres y comprometidos con transformar la realidad